Rarámuri seco

Son alrededor de 50 mil personas, entre ellos se llaman rarámuri, que significa “los de los pies ligeros”, viven en las zonas más altas de la Sierra Madre Occidental o mejor conocida como la Sierra Tarahumara. Un pueblo de raíces milenarias y que intenta seguir subsistiendo a través del cultivo de maíz, calabaza, chile y algodón. Situación que se complica, toda vez que la mayoría de sus tierras han sido seriamente afectadas por la sequía que impera en nuestro país. Declarada zona de desastre por el Gobierno Federal, hoy en día no sabemos si los recursos que se destinarán para dicha emergencia serán suficientes y sanar las heridas. En Aguascalientes, que también ha sido declarado zona de desastre, por la misma razón, los campesinos además de perder sus cosechas, se han visto en la necesidad de ultimar a decenas de cabezas de ganado, mientras que en Chihuahua, se dice que decenas de tarahumaras prefirieron tirarse de un barranco por falta de alimentos. Autoridades han desmentido dichas declaraciones, resaltando que efectivamente la situación es complicada y que se necesita ayuda urgente.
El Rarámuri; afortunado por vivir lejos de la cultura mestiza, ha logrado conservar rituales legendarios y preservado muchas de sus costumbres, a pesar del dominio y la imposición de las iglesias europeas. La geografía de la sierra también lo ha refugiado suficientemente para mantener su ingenuidad, simplicidad y austeridad. Sin embargo también lo ha llevado a ser víctima perfecta del perturbado fenómeno del narcotráfico.
Hoy sabemos que los tarahumaras son un pueblo de lucha, ejemplo de comunidad, organización y solidaridad. Ayudemos, investiguemos y aprendamos de ellos. Pues desde mi punto de vista, vale más la dignificación, respeto y reconocimiento a sus derechos como cultura y como personas que una lata de frijoles y un refresco.