Sexo, libertad e igualdad, ¿dónde y cuándo?

Normalmente cuando ves, escuchas o lees noticias, puedes notar que nueve de cada diez son desafortunadas; asesinatos, corrupción, narcotráfico, desastres naturales. Son el pan de cada día y parece que nos es indiferente.

Pero apenas escuchamos que una pareja conformada por dos personas del mismo sexo tendrán la oportunidad de ser reconocidos legalmente, que podrán unir esfuerzos para comprar una casa en cualquier parte de la república, que podrán proteger su patrimonio y que podrán adoptar a un hijo, entonces gran parte de la masa mexicana se ofende.

Después de la resolución del pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en donde validan con nueve votos a favor y dos en contra las adopciones de niños por parte de matrimonios homosexuales, se han expresado en contra varios grupos de poder y líderes de opinión, tomando un micrófono para exponer posturas “supuestamente generalizadas” , atreviéndose a decir que tomar ese tipo de decisiones atentan en contra de la moralidad de nuestra sociedad, calificando a las personas con dichas preferencias como “pervertidas”. No escribo estas letras pretendiendo ofender ni mostrarme intolerante a dichas declaraciones, únicamente pretendo exponer una situación real.